Salió la bici disparada en un plácido día y las cámaras con lente angular apuntaban a la exposición de tigres de plástico en el foro público.
Me extravié fue una decisión más difícil, que agarrar el camino que tenía de frente.
No pedaleé fui parte de las ruedas, solo me molestaba que me crujan los dedos
para tener que frenar.
Pasó el tren por su senda, a un punto vacío sin fin y los expectantes nos quedamos atentos en ese viaje en el tiempo.
Vi gente que volvía de sensacionales periplos; pensé en mejor no molestarlos, dándoles la oportunidad de que todavía sigan en ellos.
El caer de la noche con su frío no me asusto, aún estaba mi llama alimentándose
del carbón del carisma ajeno. Y así en el caer del ocaso me percaté de las porciones de
veredas y tierra que recorro y reconozco, pequeños puntos en la palma del universo
que me toca inspeccionar e informar, cuando mi bici se pone a pedalear.
Totó!
AGRADECIMIENTOS A:
Al Sol, a los árboles y sus sombras.
¡A la gente que sonrié!
// No podía robar imágenes sin pedir//
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